Busca hoteles de playa en Wild Atlantic Way

Mary es una persona encantadora. Nos reservó al llegar una mesa en un restaurante cercano para que pudiéramos cenar aunque fuera un poco tarde. Las vistas a la playa eran muy agradables. El desayuno que nos preparó al día siguiente era perfecto y había muchas opciones disponibles. Lo recomiendo totalmente.

La ubicacion es espectacular, habitación espaciosa y cama muy comoda. esta muy cerca del mar y se puede pasear hasta la costa. Zona muy tranquila y vistas maravillosas. Anne es encantadora y se desvive por que este cómodo y no te falte de nada.

Nos ha encantado El alojamiento por su comodidad y amplitud. Todo muy nuevo y limpio. Tiene aparcamiento privado y resulta muy cómodo. Está justo delante del.paseo marítimo y las vistas son maravillosas.

La habitación es súper grande, tiene una zona de salón con sofá y tele. Está muy bien decorado, muy coqueto, y con vistas a la lengua de agua que entra del mar. Aunque no tiene parking privado, es fácil aparcar en la calle, ya que no sé encuentra en el centro de la ciudad, si no en los zona cercana a la playa. El personal muy amable. También tienen servicio de restaurante que está muy bien.

Casita independiente luminosa (al lado de los dueños) de planta baja con habitación y salón-cocina que permite una segunda cama. El salón mira al océano, al poniente y, si tienes suerte con el cambiante tiempo de Irlanda, puedes disfrutar de la puesta del sol sobre el mar desde el salón. Una carretera con escaso tráfico te separa del mar y muy cerca tienes una playa.

Hotel bonito y limpio, con un buen desayuno irlandés. El dueño fue muy atento y nos recomendó visitar la cercana playa de coral, cosa que hicimos, y la mejor ruta para visitar Connemara. La habitación era cuádruple pero la litera para los niños estaba en un espacio aparte separado por una pared, lo que daba un poco más de privacidad.

Qué hay un parking gratuito al lado,y está pegado al paseo marítimo.

La ubicación del lugar y el entorno es maravilloso. Te permite acceder a los acantilados de Moher y a la costa salvaja de Irlanda.

El señor fue súper atento y agradable, nos proporcionó información acerca de cosas que hacer en el pueblo y nos dio recomendaciones sobre sitios a los que ir y sobre restaurantes. Se esforzó en que estuviéramos cómodos y calentitos y nos hizo él mismo el desayuno. La ubicación es maravillosa, súper cerca de los acantilados de Moher y delante de la playa. A la vuelta de la esquina hay unas vistas preciosas de la bahía. La habitación era espaciosa y aunque el baño era pequeñito, tenía todo lo necesario.