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Marcona, en definitiva, requiere de una mayor inversión en su infraestructura y un control municipal de sus veredas. Hay avenidas o calles donde los vecinos han mandado construir más de la cuenta, ocupando el espacio público y haciendo que los transeúntes deban salir a la pista para poder seguir avanzando y luego retornar a la vereda. Sin embargo, el ámbito de sus playas es un mundo aparte. En mi vida he visto playas que me hayan inspirado tanto como las de Marcona. No solo son altamente paisajísticas, sino limpias, claras, varias de oleaje tranquilo, el suficiente, y con amplio espacio para estar. Si vas, no te quedes en Los Leones: recorre todo lo que puedas. Y no lo hagas en carro: hazlo a pie, por arriba y por abajo. Te vas a encontrar con un lugar paradisíaco que parece muy poco explorado. La mayoría de la gente (y es bastante) solo va a Paracas. Créeme, Marcona es una experiencia con la naturaleza maravillosa, pero tienes que abrirte a lo nuevo.

Falta implementación y orientación turística. Está hecho para mineros Tiene hermosos lugares que se podrían aprovechar mejor. Playas muy lindas. La caleta o el puerto es hermoso pero no hay miradores apropiados. No encontré cafeterías y los restaurantes no son de la calidad peruana a la que estamos acostumbrados Los precios están acorde a la calidad La atención en los restaurantes no es buena. No son amables